Profesor Carlos Molina Camacho -UCV
Ex Superintendente Nacional de Cooperativas
En
su empeño de organizar cooperativas, la presente Administración ordenó
la rescisión de los contratos celebrados con empresas privadas en varios
de sus organismos, entre ellos Hidroven, y se tomó la determinación de
motivar a los trabajadores de tales empresas a fin de que organizaran
cooperativas de trabajo -empresas propias- y asi dejaran de ser simples
asalariados.
Dentro
de ese proyecto sólo en Hidrocapital se han organizado unas 76
cooperativas, cada una con un número variable de asociados. Por ejemplo,
la HE700, que tiene su sede en Macaracuay (Caracas), cuenta con 146
miembros.
Su
administradora y asociada, la cooperativista Yadira Vegas, manifiesta
un profundo interés en la formación de sus compañeros,
organizando talleres sobre distintos tópicos del mundo cooperativista.
Hace
poco tiempo me invitaron a presentar un tema muy vigente hoy en día,
las cooperativas y la tercerización, en vista de la nueva Ley Orgánica
del trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores, que, como es sabido,
prohíbe expresamente en su articulo 47, la tercerización.
La
coordinadora del organismo de integración de las cooperativas de
Hidrocapital, la Lic. Magaly Celis, firme creyente en el cooperativismo,
estuvo presente en el taller y defendió la posición, basada en razones
jurídicas, de que dichas cooperativas en ningún caso esconden a
trabajadores tercerizados, y que lejos de disolverlas para que sus
asociados se incorporen a la nómina de Hidrocapital, deben ser
fortalecidas, mejorando su funcionamiento tanto como sea posible.
Por
mi parte destaqué el articulo 49 de la citada Ley, el cual habla de las
personas naturales o jurídicas como contratistas, que se encargan de
ejecutar obras o servicios con sus propios elementos o recursos, y con
trabajadores y trabajadoras bajo su dependencia. En ningún caso, señala
el articulo, serán consideradas esas contratistas intermediarias o
tercerizadoras. Tal es el caso, pensamos nosotros, de las cooperativas
de prestación de servicios que laboran para Hidrocapital.
Por
ello no se justifica legalmente que los 5.000 trabajadores de esas 76
cooperativas pasen a formar parte de la nómina de Hidrocapital, causando
la disolución de las mismas.
Sólo
un trabajo intenso de formación de sus miembros en los valores y
principios cooperativos, en las técnicas de administración de ese tipó
de empresa, que por naturaleza es autogestionada, en la filosofía del
cooperativismo, etc puede impedir que por ignorancia o comodidad se
quiera destruir el magnifico trabajo hecho promoviendo empresas
propiedad de los mismos trabajadores. Los graves errores que se han
cometido en la promoción de este tipo de empresas se debe a la ausencia
de formación y a la concesión de créditos de manera festinada.
Hay
que enamorarse del cooperativismo, creer que en verdad encarna el
autentico socialismo del futuro, que no es ni será capitalismo salvaje
pero tampoco estatismo burocrático de corte totalitario.