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ES&T - Economía Social y Transformación
Nuestra reflexión está centrada en la necesidad, urgente e importante, de pintar "el cambio que transforma"; y estamos seguros,
de que la Economía Social es parte de esa gran obra.

Oscar Bastidas Delgado, José R. Hernández, Iñaki Gainzarain, Nelson Freitez,
Carlos Molina Camacho, David Esteller Ortega, Eduardo Matute, Mario Fagiolo


jueves, 27 de septiembre de 2012

Las cooperativas escolares son verdaderos agentes de cambio

Por Eduardo Matute, ex superintendente nacional de cooperativas
edmatute@gmail.com  

En las estadísticas del sector cooperativo costarricense, el cooperativismo escolar ocupa un lugar preponderante. Un total de 141 unidades están funcionando en escuelas y liceos. Para el Estado, es importante el desarrollo de estas cooperativas. Tanto en la ley de cooperativas (http://bit.ly/OThglU) como en el reglamento dictado al efecto por el Ministerio de Educación (http://bit.ly/NaYFmI) el objetivo de estas entidades es primordialmente educativo, orientado para que los estudiantes se familiaricen con las prácticas de ayuda mutua, a tomar sus propias decisiones, a trabajar en equipo, a ser sociables, a ser respetuosos de los derechos de otras personas constituyendo en definitiva un medio coadyuvante a la formación integral de su personalidad. Adicionalmente a esta finalidad, las cooperativas escolares se encuentran motivadas a trabajar en la satisfacción de necesidades comunes a los estudiantes.


Desde la administración de los “lockers” estudiantiles hasta el manejo de “sodas” (cantinas), los muchachos aprenden, guiados por profesores y por la dirección del Ministerio de Educación creada con ese fin, a gestionar una empresa en la cual la operación diaria, tiene que ser complementada con aspectos de mercadeo, contabilidad y hasta finanzas. Es un proceso de “aprender haciendo”.

Destaca, en este proceso de formación, destaca Laboracoop, un esfuerzo del Cenecoop (el Centro de Capacitación del propio sector cooperativo) destinado a colaborar con las cooperativas estudiantiles en la formulación de proyectos sustentables que le posibiliten una estrategia de desarrollo en el largo plazo. Mediante talleres “en campamento” y la segunda en convenios con las entidades oficiales y los colegios cooperativos, se trabaja con estudiantes fortaleciendo sus conocimientos y habilidades para su inserción en el mundo laboral, al mismo tiempo que se estimula su espíritu emprendedor y cooperativista.

Este desarrollo de cooperativas con más de 50 años de trabajo, ha consolidado unas premisas fundamentales: 1. Se debe mediar el aprendizaje de los estudiantes respetando sus estilos, ritmos e intereses. 2. Los jóvenes tienen un potencial extraordinario de desarrollo, que aportan ideas y que son capaces de realizar acciones que pueden beneficiar a todos. 3. Es necesario que la juventud desarrolle habilidades, destrezas y valores tales como el liderazgo, el trabajo en equipo, la colaboración, la solidaridad, la toma de decisiones, la asociatividad y otros necesarios para vivir en una sociedad pacífica y desarrollada. 4.  Se debe enfatizar y reflexionar acerca de la importancia de los valores y principios cooperativos para la convivencia y el desarrollo de la empresa cooperativa de práctica. 5. Las Cooperativas escolares tienen la posibilidad de ser agentes de cambio en los procesos de aprendizaje, en la visión de futuro que los jóvenes pueden tener y en la influencia que la juventud obtendrá  en el futuro cercano en el desarrollo del país.

Un panorama global de las cooperativas escolares en América Latina, puede ubicarse en http://bit.ly/O72R3V, en donde, por cierto, Venezuela sale mal parada.