(Parte 2 de 2).
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Otros obstáculos observables son:
- La tendencia a la manipulación de las comunidades. Esta
afirmación debe observarse desde varios ángulos. Desde el lado
gubernamental, existen brechas entre las intenciones manifiestas y las
declaraciones. Algunos mensajes, particularmente del primer mandatario,
hicieron daño al cooperativismo. Afirmaciones presidenciales como
“formar cooperativas es muy fácil, se reúnen cinco personas y listo” o
“las cooperativas son capitalistas” – olvidando que en Cuba el 90% de la
comida no importada es producido por ellas - han sido
contraproducentes. Si a ese negativo discurso presidencial se le suma el
vacío operacional de las instancias gubernamentales que deberían apoyar
al sector, la manipulación se convierte en malabarismos
gubernamentales.
- Incomprensión de la doble dimensión Asociación – Empresa de las cooperativas. La
dificultad en comprender esta doble dimensión es un grave obstáculo. Se
observa en la misma LEAC que tiene un sesgo asociativo y bien pudiera
llamarse simplemente Ley Especial de Cooperativas. Comprender la
dimensión empresarial permitiría incluir a las cooperativas en el ámbito
de las PyMEs y proporcionarles los mismos apoyos
que éstas reciben del gobierno y del sector financiero. Permitiría
también un control gubernamental cónsono con esa condición económica y
no de sociedades de “beneficencia” o simples asociaciones.
- El auto-chantaje de la confusión entre lucro y ganancia en las cooperativas. Todas
las variantes conceptuales coinciden en que las cooperativas son
organizaciones sin fines de lucro, entendiéndose por lucro, según la Real Academia, “la ganancia o provecho que se saca de una cosa”, por lucrativo “lo que produce utilidad y ganancia” y por “lucrar” es sacar provecho de un negocio, obtener utilidades.
Este
aspecto del “no lucro”, no está claro en numerosos cooperativistas;
muchos lo confunden con no obtener excedentes o disminuir estos a
cantidades insignificantes por temores a ser llamados ricos. Puede
afirmarse que el “no lucro” es un atributo de la cooperativa y de sus
asociados que no entra en contradicción con la necesaria creación de
riquezas y su necesaria capitalización, ni con el lógico deseo humano de
lograr mejores ingresos y niveles de vida.