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ES&T - Economía Social y Transformación
Nuestra reflexión está centrada en la necesidad, urgente e importante, de pintar "el cambio que transforma"; y estamos seguros,
de que la Economía Social es parte de esa gran obra.

Oscar Bastidas Delgado, José R. Hernández, Iñaki Gainzarain, Nelson Freitez,
Carlos Molina Camacho, David Esteller Ortega, Eduardo Matute, Mario Fagiolo


lunes, 30 de septiembre de 2013

LAS FALSAS COOPERATIVAS VENEZOLANAS (2/2)


ECONOMÍA SOCIAL Y TRANSFORMACIÓN


PROF. OSCAR BASTIDAS DELGADO (UCV). oscarbastidasdelgado@gmail.com @oscarbastidas25



Con lo explicado en la parte anterior, un analista puede aproximarse a las nuevas cooperativas venezolanas y precisar las falsas, que son numerosas. Falsas son las de maletín, como se afirmó, pero también las constituidas como de trabajo asociado con claras intenciones de beneficio personal en cuanto a exoneraciones impositivas, educativas y de salud propias de las genuinas cooperativas y detrimento de quienes aportan su fuerza de trabajo. Entran en este conjunto varias de recolección de basura y limpieza; de instaladores de líneas telefónicas, eléctricas y acueductos; de construcción y mantenimiento de vías y edificios públicos; de transportistas de hidrocarburos y de personal de empresas públicas; y de ensamblaje de motos y artículos electrodomésticos, entre otras.



Falsas son las de transporte con avances que pagan rentas; las que fungen como taxis con motos (mototaxis) y no llevan registros de asociados; las financieras y de seguros que olvidan el mutualismo y son caparazones de aseguradoras y vendedoras de vehículos privadas que se benefician de las "economías de escala"; las supuestas de consumo dedicadas a venta de alimentos, y las dedicadas a la compra-venta de papelería, de artículos electrodomésticos y de repuestos de vehículos.

Sin ser taxativos, falsas son todas aquellas que: 1.- Realicen a conciencia actividades diferentes a las estatutarias y al espíritu del Acto Cooperativo como las mercantiles; 2.Mantengan premeditadamente bajos los montos de los certificados de aportación para cubrirse de posibles acciones legales; 3.- Disfracen relaciones de dependencia laboral; 4.- Usen testaferros, y oculten activos o vacíen de activos la empresa para eludir responsabilidades ante posibles demandas; y 5.- Evadan impuestos, logren apoyos, contratos y créditos que con otra figura no obtendrían.

Es oportuno recordar que las cooperativas de maletín y el resto de las falsas toman impulso a raíz del boom cooperativo impulsado por un primer mandatario sin concepto y direccionalidad; a su llamado respondieron ciudadanos de buena fe, otros por viveza criolla, otros con intereses políticos como los militantes de círculos bolivarianos, pero también directivos de empresas públicas, particularmente de PDVSA y de las empresas de Guayana que obligaron a proveedoras a constituir cooperativas o convertirse en ellas, a cambio de algunos beneficios.

La Superintendencia de Cooperativas (Sunacoop) y el SENIAT tienen la palabra.

Fiscalicen esas cooperativas, aplíquenles el peso de la ley, obliguen a sus dueños a pagar impuestos acumulados, y ciérrenlas definitivamente.