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ES&T - Economía Social y Transformación
Nuestra reflexión está centrada en la necesidad, urgente e importante, de pintar "el cambio que transforma"; y estamos seguros,
de que la Economía Social es parte de esa gran obra.

Oscar Bastidas Delgado, José R. Hernández, Iñaki Gainzarain, Nelson Freitez,
Carlos Molina Camacho, David Esteller Ortega, Eduardo Matute, Mario Fagiolo


jueves, 12 de abril de 2012

El Estado y los tres sectores de la Economía. Parte II

David Esteller Ortega -- Prof. Titular UCV

En lo que se refiere a la economía privada capitalista, debe ser garantizada como lo establece nuestra Constitución Nacional y hasta debe ser facilitada, tomando en cuenta que la empresa privada ha demostrado que ha tenido el mayor índice de crecimiento y de productividad, trayendo aparejados incentivos tecnológicos y generación de empleos. Claro que el Estado, hoy más como representante de la sociedad y no de una clase social en particular, deberá tomar medidas que impidan el lucro desmedido. Además, en lo que respecta a nuestro país, la burguesía no puede seguir siendo una clase parasitaria de la renta petrolera, a través de los mil y un vasos comunicantes, como lo fue en tiempos anteriores. Y después de la experiencia de estos últimos años, debe concientizar la inmensa responsabilidad social que tiene para con sus trabajadores y la comunidad.


El tercer sector de la economía es la economía social, que incluye, en un sentido amplio, desde cooperativas, mutuales que no están determinadas en nuestra legislación, pero que vendrían a ser cajas de ahorros e institutos de previsión social, hasta pequeñas empresas familiares y asociaciones civiles de taxistas o de pequeños productores. En estas, sobre todo en las cooperativas, por sus principios doctrinarios, no existe la explotación del hombre por el hombre, no existe el objetivo del lucro sino más bien el de prestación de servicios y de producción de bienes solidariamente; justicia participativa y distributiva; mejoramiento de la condición económica y social de sus asociados; incentivo por la creatividad en el quehacer cotidiano; leal competencia para lograr justos precios en los bienes y servicios; contribuir en la creación de empleos con justos anticipos que, sin tener la naturaleza y características del salario, porque no existen patronos en las cooperativas ni relación de dependencia, constituyen la compensación del trabajo del asociado; además, propender, en las variadas formas, al mejoramiento de las comunidades donde realizan sus actividades estas entidades de la economía social, desde la creación de escuelas hasta la organización de cursos sobre actividades económicas y comunitarias, etc. La C.N. obliga al Estado venezolano a promover, proteger y, en cierta forma, a privilegiar a a las cooperativas, por su naturaleza democrática y donde mejor se da la participación de los trabajadores como asociados con iguales derechos. Sin embargo, esas disposiciones constitucionales, en la mayoría de los casos, no son cumplidas por el gobierno actual, y eso que se dice socialista, pero al parecer, lo que tiene es una gran confusión, pues al principio el Presidente de la República proclamó a las cooperativas como el ejemplo a seguir en materia económico-social, pero después terminó diciendo que no podía ser, porque las cooperativas eran empresas capitalistas. Más bien las cooperativas podrían enmarcarse, naturalmente, en un régimen verdaderamente socialista.

Los gobiernos socialistas o progresistas deben propiciar la economía social. Citamos ejemplos de excelencia en esta economía: las Ferias populares en Barquisimeto y la Cooperativa San José Obrero en Paraguaná.