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ES&T - Economía Social y Transformación
Nuestra reflexión está centrada en la necesidad, urgente e importante, de pintar "el cambio que transforma"; y estamos seguros,
de que la Economía Social es parte de esa gran obra.

Oscar Bastidas Delgado, José R. Hernández, Iñaki Gainzarain, Nelson Freitez,
Carlos Molina Camacho, David Esteller Ortega, Eduardo Matute, Mario Fagiolo


jueves, 29 de marzo de 2012

El Estado y los tres Sectores de la Economía. Parte I

David Esteller Ortega
Prof. Titular UCV – Blog: http://esytransformacion.blogspot.com/
Se ha aceptado la sectorización de la economía en estatal, privada capitalista y social. El Estado ha pasado de un Estado gendarme, liberal, a un Estado interventor y, más aún, empresario.
El postulado marxista de la desaparición del Estado para dar lugar a una sociedad comunista, utópicamente igualitaria y libertaria, fue tergiversado por Lenin, en vista a intereses inmediatos, en la que denominó la dictadura del proletariado, transformando por esta vía al Estado en una institución totalitaria y a la economía en una economía centralizada, presa de ineficiencia y corrupción.  Fue, luego, la época del diosito Stalin. De allí devino el estrepitoso derrumbe de la  economía estatal socialista, para tristeza y pena de los pobres del mundo que habían cifrado sus esperanzas de liberación en aquella  grandiosa Revolución de Octubre. Asimismo, los nefastos regímenes fascista y nazista, que estatizaron las economías italiana y alemana, fracasaron y terminaron en la más grande tragedia del siglo XX.
Ahora el actual gobierno de nuestro país está tratando de revivir  una especie del socialismo real bajo la denominación de socialismo del siglo XXI, pero  dice el refrán: nunca segundas partes fueron buenas. Lo que está es llevando a nuestra economía estatal, de fracaso en fracaso, de lo cómico a lo trágico, de los gallineros verticales y las areperas socialistas a los ecocidios petroleros del Lago de Maracaibo, del Río Guarapiche, y pare de contar. Hemos pasado de un endeudamiento manejable  al “atroz” endeudamiento de la economía, más trágico aún si pensamos que es la época de los más elevados precios del barril petrolero, y mucho más deprimente, si pensamos en la carga económica que heredará la próxima generación.

La economía estatal extrema languidece en  Cuba y  Norcorea. En cambio,  los regímenes comunistas de China y Vietnam han dado un vuelco hacia la economía  capitalista, convirtiéndose en un  experimento que la humanidad sigue muy de cerca.

Por lo anterior, podemos concluir que la economía estatal debe tener sus límites, para no caer en el despeñadero y evitar el daño emergente a la sociedad, especialmente a los que menos poseen riquezas y comodidades, y muy particularmente, a los que nacerán en medio de una crisis económica y cultural más compleja, una crisis en la que el sistema educativo imperante será incapaz de mostrar a los jóvenes los distintos modelos de la economía, y por tanto, las diferentes formas de emprender las actividades socio-económicas.

Esta coyuntura histórica del estatismo agónico, a su vez, va acompañada de una brecha creciente en las capacidades de uso de las nuevas tecnologías de la información, comunicación y conexión de los nuevos actores de la economía digital mundial, versus las habilidades y experiencia de los trabajadores y gerentes de la “estática economía estatal”. 

En una próxima entrega,  nos referiremos a los otros dos sectores.