Ernesto Guerra
En 1983, la Central Nacional de Cooperativas de Venezuela (CECONAVE), y la Central de Cooperativas del Distrito Federal, dieron inicio a una experiencia que hoy sigue teniendo gran éxito en el estado Lara.
Todo comenzó en
Caracas, en la urbanización Simón Bolívar de Catia, sede de CECONAVE, con el
asesoramiento de un señor argentino que trabajaba para la FAO y de una
organización FENACA (Federación Nacional de Centros de Acopio).
El esfuerzo se
centró por construir un canal de comercialización para los productores del campo quienes todos
los años en las reuniones de planificación de las unidades de producción
agrícola y/o cooperativas se quejaban de
que tenían que vender sus productos a los intermediarios a precios muy bajos, y muchas de las veces los
vendían a pérdida.
Las “Ferias de Consumo Familiar” (F.C.F) iniciales
las implementaron las cooperativas.
La F.C.F. era una modalidad de venta pública de frutas y
verduras. Funcionaban con un sistema sencillo:
las personas echaban en una bolsa la cantidad de productos de su consumo
familiar, y luego ésta bolsa (saco) se pesaba para pagar el importe resultante
del peso por el “precio único”. El ahorro era impactante: entre 35 y 40 % con
respecto a las cadenas.
La rutina era
semanal, viernes y/o sábados. Al principio el abastecimiento lo obteníamos de la Corporación CASA que pertenecía al
antiguo Ministerio de Agricultura y Cría; pero debido a que algunos miembros de
esa institución nos veían con recelo político, cancelaron la línea de crédito
de la F.C.F..
Pero como dice el refrán popular, “no hay mal que por bien no venga”, CECODIFEMI
(Central Cooperativa de Dtto Federal y Miranda), otorgó un crédito solidario. La
F.C.F. empezó a abastecerse en el Mercado Mayorista de Coche, incorporando otros
rubros como granos y variedad de víveres de la cesta básica.
La calidad de los productos, la buena
atención y el ahorro por los buenos precios, se convirtieron en la mejor
propaganda en el vecindario. Las cooperativas de la zona se encargaron de
difundir la Feria, con lo que se logró que todos los sábados asistiera gran cantidad de vecinos. La Feria
se convirtió en un espacio de intercambio de recetas de cómo preparar los
vegetales y orientaciones en torno a las propiedades nutritivas de los mismos.
En este caminar surgió
un equipo que se reunía todas las semanas, creando comités voluntarios para ir
promoviendo el proceso cooperativo.
Esta iniciativa comenzó
a replicarse en Guarenas, Los Teques, Cotiza y Barquisimeto, siendo ésta última
asumida por la Central Cooperativa del
Estado Lara (CECOCESOLA). En Lara se
combinaron factores que permitieron desarrollar grandes F.C.F.. Entre éstos, tenemos que las cooperativas
estaban mejor cimentadas, y la vocación agrícola del estado, facilitó las
alianzas con productores organizados del LARA y LOS ANDES.
Esta semilla que nació como experiencia
micro, fue muy importante para enfrentarse al desabastecimiento generalizado en toda el área metropolitana de Caracas en
los sucesos de febrero 1989 (Caracazo). Entonces las cooperativas fueron vistas como la mejor alternativa autogestionaria y
organizativa nacida en el seno del
propio pueblo. Es bueno recordar la puesta en práctica en el Barrio Carapita en la escuela Miguel Otero Silva de
la parroquia Antímano, La escuela Virginia
de Ruiz en La Silsa de la parroquia 23 de Enero, también en la urbanización Guaracarumbo de la parroquia Catia la Mar.
El cooperativismo ha
demostrado ser una excelente vía para
organizar al pueblo en la tarea de
resolver sus necesidades económicas básicas.
El Reto del Progreso Comunitario: más y mejor educación para la participación exitosa en la Economía Local.