Principal

ES&T - Economía Social y Transformación
Nuestra reflexión está centrada en la necesidad, urgente e importante, de pintar "el cambio que transforma"; y estamos seguros,
de que la Economía Social es parte de esa gran obra.

Oscar Bastidas Delgado, José R. Hernández, Iñaki Gainzarain, Nelson Freitez,
Carlos Molina Camacho, David Esteller Ortega, Eduardo Matute, Mario Fagiolo


jueves, 5 de julio de 2012

LO LOCAL Y EL COOPERATIVISMO

Prof. Oscar Bastidas Delgado (UCV)


La finalidad de las cooperativas, propia por demás de toda Organización de Economía Social (OESs), es la de servir a quienes las constituyeron y a su colectividad ya que sus miembros pertenecen a ella. Es falso que cuando una cooperativa se constituye susfundadores solo le aportan capital y trabajo; también, y de manera natural, le aportan una comunidad, una nacionalidad, y un territorio hacia la cual dirigir esfuerzos sin perder de vista la pertenencias a una región, un país o simplemente el Planeta. Es así como lo local se convierte en el espacio mínimo vital de las cooperativas, en su espacio de acción inmediato; aquel donde, por el simple hecho de que quienes la constituyen habitan, está la amplísima mayoría de los problemas básicos. También lo local les proporciona una cultura específica sobre la cual construir su propia cultura organizacional interna.
Si precisamos que las cooperativas poseen la doble dimensión Asociación-Empresa, el peso de lo local le concede a cada cooperativa de base la obligación de responderles con un doble anclaje, con una doble capacidad de integración: la social establecida por la asociación y la económica por la empresa. Ese doble anclaje reforzará las condiciones de afiliación a las cooperativas, el vínculo entre quienes la constituyeron y quienes pueden agregarse con ellas. Cada sociedad, por pequeña que sea, es portadora de un conjunto de valores que son compartidos por sus miembros; dicho aspecto, interiorizado a nivel cultural y que se expresa como ‘una manera de ser’, crea la identidad colectiva del grupo humano que habita en ese determinado territorio. El territorio constituye, por otra parte, el espacio donde se realiza una serie de relaciones socio-económicas y de poder entre sus pobladores y que se expresan fundamentalmente en el control y utilización de los recursos existentes.
Los dos componentes analizados (el sistema de valores y el conjunto de articulaciones intrasociales en un espacio determinado) permiten soportar una nueva concepción del desarrollo, es decir el desarrollo local, definido como “un complejo proceso de concertación entre los agentes - sectores y fuerzas - que interactúan dentro de los limites de un territorio determinado con el propósito de impulsar un proyecto común (máxima expresión colectiva) que combine la generación de crecimiento económico, equidad, cambio social y cultural, sustentabilidad ecológica, enfoque de genero, calidad y equilibrio espacial y territorial con el fin de elevar la calidad de vida y el bienestar de cada familia y ciudadano que viven en ese territorio o localidad. Por lo tanto, un grupo social será capaz de generardinámicas colectivas en la medida en que el conjunto de normas y valores que sustentan su identidad colectiva le permitan superar dificultades y transformar dichas dificultades en logros”.
La identidad colectiva local se da cuando hay un reconocimiento compartido de creencias, actitudes y comportamientos por parte del grupo al que se pertenece y está estrechamente vinculada a una cierta territorialidad. Tiene un fuerte componente emocional y surge de la relación entre el yo frente a los otros (abarca lo social y lo personal); dicha identidad se construye en la esfera grupal y se basa en ese reconocerse en una historia colectiva y adquiere toda su potencialidad cuando provoca interrogantes sobre el presente y sobre un proyecto colectivo común. El cooperativismo se convierte en motor del desarrollo cuando conlleva al convencimiento de poder actuar de manera conjunta para aportar algo a la comunidad. Se producen entonces nuevas formas de asociación y se inician procesos de transformación económico-social haciendo, al mismo tiempo, hincapié en lo más auténtico de las tradiciones.
“Sin quererlo” las cooperativas son entonces consecuencias de lo local y se deben a ese nivel. Lo local forma parte estructural de todas ellas y sólo considerándolo como punto de partida hacia espacios de mayor dimensión, y sin perder de vista lo mundial, es posible un desarrollo cooperativo con bases apropiadas.