Principal

ES&T - Economía Social y Transformación
Nuestra reflexión está centrada en la necesidad, urgente e importante, de pintar "el cambio que transforma"; y estamos seguros,
de que la Economía Social es parte de esa gran obra.

Oscar Bastidas Delgado, José R. Hernández, Iñaki Gainzarain, Nelson Freitez,
Carlos Molina Camacho, David Esteller Ortega, Eduardo Matute, Mario Fagiolo


jueves, 13 de diciembre de 2012

COOPERATIVAS DE MALETÍN (PARTE I)

Prof. Oscar Bastidas Delgado (UCV)
oscarbastidasdelgado@gmail.com.
Blog: http://esytransformacion.blogspot.com/



No existe definición más ilustrativa de cooperativa que la de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), de ella se desprenden condiciones básicas para clasificar una cooperativa como genuina,  de maletín, o falsa: 1.- “personas que se han unido de forma voluntaria para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales en común”; y 2.- “mediante una empresa de propiedad conjunta y de gestión democrática”. A partir de estas condiciones puede explicarse la lamentable existencia de las de maletín en nuestra triste realidad cooperativa. Realidad en la que las pocas que destacan son previas a los tres gobiernos del presidente actual.

A partir de la afirmación en marzo 2002 del Tte. Coronel (r) Hugo Chávez invitando a los círculos bolivarianos a constituir cooperativas y convertirlas en “puntas de lanza del proceso”, un número incalculable de vivianes con afán de fácil enriquecimiento, se lanzó a constituir miles. También lo hicieron ciudadanos de buena fe. Desde ese momento, numerosos oficialistas asumieron la invitación como obligación. Recuerdo que en una reunión de la Mesa de Economía Social de MinTrabajo un militante regañó a los presentes: “¡Ustedes no cumplen con su deber!;  yo en  tres meses he constituido 258 cooperativas en La Guaira”. Otro caso, el de una maestra de Aragua experta en cooperativismo escolar: “Me invitaron a una reunión de 36 personas y nos sentaron en 6 mesas, en cada una llenaron un modelo del estatuto y unas planillas. Cuando me percaté que constituía una cooperativa con gente desconocida me marché. Me enteré que a cada grupo le dieron un crédito y el organizador se quedó con un porcentaje, creo que el 20%”.

Ni hablar de amigos y familiares de personeros del gobierno que en diversos niveles aprovecharon para contratar y aún lo están, en labores de aseo urbano, transporte, electricidad, teléfonos, y otras actividades, a pesar de que el primer mandatario acusó de capitalistas a las cooperativas. Se agrega que numerosas empresas privadas debieron constituir cooperativas o convertirse en una de ellas, perdiendo su historial profesional y hasta pagando comisiones, para ser contratadas.  Contribuyó a ello la flexibilidad de la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas (2001), que permite cooperativas entre familiares, y eliminó el proyecto previo con el visto bueno de un organismo de integración como requisito para constituirlas.

Demostrado está entonces que las cooperativas exitosas no nacen de llenar mecánicamente un modelo de estatuto ni de poseer nociones de “materialismo histórico” como los enseñados en los cursillos de Sunacoop o del Ministerio de las Comunas. Para que una cooperativa se inicie con buen pié, sus potenciales asociados deben conocer en que se meten, visitar experiencias exitosas, y comprender que ellas son organizaciones complejas, con procesos que ameritan  administración y contabilidad, que dependen de esfuerzos propios y no de un simple financiamiento.