@oscarbastidas25
El término autogestión se ha convertido en comodín para explicar procesos que a veces no tienen que ver con su esencia. Albert la define como “influencia en la toma de decisiones proporcional al impacto que esas decisiones tienen sobre uno”, otros como “proceso democrático en el cual los interesados en resolver un problema toman decisiones en asambleas a razón de una persona un voto”. Es frecuente confundirla con autofinanciamiento.
Su carácter variará según el ámbito: organización, localidad o país; en un país alcanzaría su optimo nivel. Para ser tal debe cumplir ciertas condiciones, entre ellas: 1.- Ingreso y retiro voluntario; 2.- Selección basada en condiciones humanas, por personas del mismo nivel que ocupará quien ingrese; 3.- En lo posible, aportes económicos similares para ingresar; 4.- El trabajo aportado es determinante; 5.- Régimen de propiedad variado; 6.- La asamblea es el espacio democrático de decisión: una persona un voto; 7.- Gestión democrática con descentralización; 8.- Equidad en el reparto de excedentes; 9.- Quienes deciden también ejecutan; 10.- Rotación en las actividades de coordinación y las operativas; 11.- Comunicaciones sin fronteras y en todas direcciones; 12.- Unidad dentro de la diversidad de sus actores; 13.- Identidad fortalecida por valores y principios; 14.- Funcionamiento bajo normas flexibles como instrumentos orientadores y no como fines en si mismas; 15.- Trascendencia hacia la sociedad buscando su generalización.
La autogestión se opone a la modalidad burocrática en la totalidad de sus mecanismos; busca la horizontalidad o disminución de jerarquías, se pretende que la totalidad de los asociados participe y decida en lo estratégico y en lo operativo, es decir en la asociación y en la empresa cooperativa, en igualdad de condiciones; como consecuencia de esa igualdad, la distribución de excedentes sería similar para todos. Gracias a la rotación en los cargos, se incrementa la calidad en las decisiones.
El modelo autogestionario es el único que concede plena horizontalidad a las organizaciones, una “foto u organigrama” demostraría que todos sus miembros están al mismo nivel. La organización autogestionaria se vería horizontal si de observa de perfil, y circular si se le observa desde arriba; sería como una moneda, todos a la misma distancia del poder y por ende de la información y las decisiones. Ejemplos de este modelo son las Ferias de Consumo de Lara, la Cooperativa la Alianza en Sanare, y también los kibutzim en Israel. La autogestión no es fácil de implantar sin voluntad política y sin el esfuerzo continuo de los interesados, máxime en sociedades como la nuestra donde dominan las organizaciones burocráticas y el gobierno impulsa un militarismo a ultranza.