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ES&T - Economía Social y Transformación
Nuestra reflexión está centrada en la necesidad, urgente e importante, de pintar "el cambio que transforma"; y estamos seguros,
de que la Economía Social es parte de esa gran obra.

Oscar Bastidas Delgado, José R. Hernández, Iñaki Gainzarain, Nelson Freitez,
Carlos Molina Camacho, David Esteller Ortega, Eduardo Matute, Mario Fagiolo


jueves, 8 de noviembre de 2012

Presidente, esto es con usted: COOPERATIVAS Y EMPRESAS CAPITALISTAS (I)

Profesor David Esteller Ortega
estellerd@hotmail.com

En ningún país del mundo donde se  haya estatizado la economía (Unión Soviética de Stalin, China de Mao, Cuba de Fidel, etc.) se ha realizado la sociedad socialista y, menos  todavía, la comunista, aun cuando sus gobiernos   hayan usurpado y desacreditado esos calificativos.  Al contrario, han conducido a dictaduras largas y feroces, a sociedades de escasez, de corrupción y en general, oprimidas.

El verdadero socialismo proclamado por Marx, Engels y antes, por los llamados socialistas utópicos, era un régimen de transición a la sociedad comunista, en el cual paulatinamente, se iría suprimiendo el Estado, en la medida que se fueren traspasando las actividades económicas y de todo tipo, a la población  a través de las organizaciones que surgieren en base a los requerimientos de la sociedad. En nuestro tiempo, serían las cooperativas y las empresas privadas, aun cuando fueren capitalistas, o a otras asociaciones  que nacieren.



No hay que asustarse cuando se hable de la sociedad comunista, la que  teóricamente tiene un largo ancestro, desde Platón, Tomás Moro; en cierto modo, desde los  llamados socialistas utópicos, Owen, Fourier, Saint Simon,  Blanqui y otros, y más recientemente, en la Comuna Universal, proclamada por el  Maestro espiritista  Joaquín Trincado.   Pero esta sociedad comunista ronda todavía  por largo tiempo, tal vez  siglos, muchos siglos, en los predios de la utopía.

 
Si este gobierno o cualquier otro, quiere, realmente, establecer un régimen socialista, tiene que dar un gran impulso a las cooperativas, las verdaderas, no las falsas, y, aunque parezca paradójico, a la empresa privada capitalista o no. No puede golpear a las verdaderas cooperativas, en una forma u otra, ni tampoco puede seguir estatizando empresas capitalistas. Las cooperativas son por antonomasia entidades democráticas y que llevan en su configuración, en sus procedimientos y en la distribución de sus excedentes, la incipiente visión  y figuración de una sociedad socialista. En Venezuela existen personas capaces de conducir una política económica bien dirigida al desarrollo de las cooperativas, aun cuando no sean, en muchos casos, adeptos al actual gobierno. 

¿Por qué incrementar las empresas capitalistas si queremos un régimen socialista?  Porque  son grandes productoras de alimentos y de bienes en general,  tienen  gran capacidad de empleo y contribuyen con buenos ingresos al fisco.   Si ellas prosperan, los trabajadores gozarán de mejores salarios y condiciones de trabajo y de vida. Allí el papel del Estado es permitir que los trabajadores se organicen en sus sindicatos respectivos, así sean de empresas públicas, para que logren sus reivindicaciones y se fortalezcan como organizaciones fundamentales para el verdadero socialismo.