Prof. Oscar Bastidas Delgado (UCV).
La economía Social está integrada por las asociaciones, las cooperativas y las mutuales, adquiriendo ellas, según el país, diversas formas y denominaciones.
Las mutuales y el mutualismo o movimiento sinérgico por ellas generado al integrar sus acciones, son tan antiguos como las cooperativas. Al igual que éstas, las mutuales poseen la doble dimensión asociación-empresa y un conjunto de valores y principios que le conceden fisonomía propia diferenciándolas de las empresas de seguro capitalistas y de las estatizadas; son dirigidas con autonomía por sus afiliados. Se diferencian en que las mutuales se dedican a previsión social y salud y no reparten excedentes, reinyectándolos para mejorar sus servicios.
Experiencias mundiales existen. En Europa benefician más de cien millones de personas; en Bélgica, por ejemplo, no existe un Instituto Belga de Seguridad Social sino un conjunto de mutuales que protege su población desde 1864; en Francia, todo universitario debe afiliarse a una mutual. En algunos países africanos, en Canadá, USA, y mas cerca, Argentina, Colombia, Perú, y Chile, se promueve el mutualismo desde hace decenios. El mutualismo apunta a una organización mundial, lo impulsan la Organización de Entidades Mutuales de las Américas – Odema; la Asociación Internacional de la Mutualidad – AIM; y la Alianza del Mutualismo de América –AMA.
Rescatar esta figura es tarea perentoria del cooperativismo venezolano. Con ella, no solo el Servicio de Protección Social de Ceconave - el mayor funerario del país con más de medio millón de beneficiarios - sino los institutos de previsión del profesorado universitario, y otras opciones de previsión, adquirirían fisonomía y operatividad. Liberarla del secuestro pudiera impulsar al sindicalismo y a otras comunidades a constituir centros propios de salud e impulsaría el redimensionamiento de clínicas, farmacia sociales, servicios autoadministrados de seguro y salud, de turismo y uso del tiempo libre, de planes de previsión y retiro, de vivienda y créditos hipotecarios, de seguridad de accidentes y riesgos, y de las cooperativas de seguros que hacen vida con numerosas restricciones. La constitución de mutuales, apoyada en una ley especial, abriría caminos contra la exclusión y generaría servicios con ética y puestos de trabajo.