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ES&T - Economía Social y Transformación
Nuestra reflexión está centrada en la necesidad, urgente e importante, de pintar "el cambio que transforma"; y estamos seguros,
de que la Economía Social es parte de esa gran obra.

Oscar Bastidas Delgado, José R. Hernández, Iñaki Gainzarain, Nelson Freitez,
Carlos Molina Camacho, David Esteller Ortega, Eduardo Matute, Mario Fagiolo


viernes, 25 de noviembre de 2011

COOPERACIÓN PARA CRECER

Por José Rafael Hernández   
Jrha773@yahoo.com.mx

Una tarea ardua es promover –de nuevo- las actividades vinculadas con la Economía Social y el Cooperativismo como parte de las nuevas cosas por venir. Una utilización “majunche” de las cooperativas por parte del chavismo ha dejado el sabor de que ese no es el camino. Muchos lugares del mundo hablan de lo contrario, de lo útil y pertinente de valorarlo como caso concreto de la cooperación.
La cooperación consiste en el trabajo en común llevado a cabo por parte de un grupo de personas o entidades mayores hacia un objetivo compartido, en lugar de trabajar de forma separada, en una torpe competencia por las sobras de la mesa.
Los humanos frecuentemente actúan de forma más cooperativa de lo que dictaría el simple interés personal. La cooperación es la forma ideal de gestión de los asuntos humanos más complicados.
En tal sentido, frente a un mundo competitivo, debemos rescatar el valor de la cooperación como fundamento de la vida social, la sana convivencia, la satisfacción de las necesidades propias, el bienestar y la felicidad, sin que ello implique sacrificar la satisfacción del propio interés en beneficio de una colectividad. 
Los valores de la cooperación son: trabajo en equipo, apoyo recíproco, solidaridad, y lealtad, entre otros. Como hemos visto en nuestra historia reciente, estos valores se encuentran sumamente desgastados, por no decir, que en muchos casos ni existen.
La interdependencia es un término que tendrá mucho peso en el siglo 21, siglo en el que aquellos que solo hablen de independencia se quedarán aislados.
Muchas de las cosas que forman parte de nuestra vida cotidiana, como nuestra comida, trabajo, bienes, servicios como escuelas, hospitales, medicamentos, la tecnología, transporte, no podría existir de no ser por el esfuerzo acumulado de un gran número de seres que han unido acciones a lo largo de la historia para lograr nuestra realidad actual. Estamos hablando de generaciones que han logrado desarrollar un hilo conductor que incorpora progresivamente los logros sociales con los tecnológicos, y con la madurez del respeto de las reglas de juego, es decir, de los deberes.
No existe la igualdad entre los seres humanos, y por lo tanto no puede esperarse en un esquema cooperativo el desarrollo de actividades iguales por parte de cada miembro de una sociedad o grupo. Esto conlleva al tema de cuantificar el nivel de cooperación de cada asociado, con la finalidad de sentar las bases de los incentivos del trabajo cooperativo y de las inversiones del grupo. Este equilibrio entre deberes y derechos en la organización cooperativa ha sido desarrollado en cantidad de cooperativas de primer nivel en el mundo. 
Una nueva política para rescatar y canalizar eficazmente el proceso productivo en términos de la cooperación, debe ser acompañada con convenios de transferencia de conocimientos, con aquellas organizaciones exitosas del mundo cooperativo actual.