Eduardo Matute
Mucho se conversa en estos días, sobre las contradicciones
entre los periodistas y la línea editorial y comercial de los empresarios de
medios. El caso de Globovisión es emblemático. Pero también sucede con medios
impresos. La Cadena Capriles, en proceso de transferencia, por la venta del
conglomerado, también entra en ese contexto de reflexión. En Costa Rica,
recientemente, el Grupo Nación (equiparable al Grupo Clarín en Argentina o a El
Nacional, en Venezuela), produjo una reestructuración editorial que supuso la
salida de 45 periodistas de su nómina.