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ES&T - Economía Social y Transformación
Nuestra reflexión está centrada en la necesidad, urgente e importante, de pintar "el cambio que transforma"; y estamos seguros,
de que la Economía Social es parte de esa gran obra.

Oscar Bastidas Delgado, José R. Hernández, Iñaki Gainzarain, Nelson Freitez,
Carlos Molina Camacho, David Esteller Ortega, Eduardo Matute, Mario Fagiolo


jueves, 26 de enero de 2012

COOPERATIVAS Y COOPERATIVISMO

Prof. Oscar Bastidas-Delgado (UCV).
oscarbastidasdelgado@gmail.com      @oscarbastidas25

La especificidad cooperativa se entiende como el conjunto de atributos que las cooperativas poseen y permiten tipificarlas similarmente en cualquier región del planeta. Gracias a ella pueden comunicarse, compartir inquietudes y realizar actividades conjuntas al tiempo que construyen un movimiento con dimensiones locales, regionales, nacionales y hasta mundiales. La sinergia de esos procesos es cooperativismo en marcha.

Varias son las definiciones de cooperativa, la mejor es la de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), organismo cúpula del cooperativismo mundial que asocia a algo más de mil millones de terrícolas, reza así: “Una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido de forma voluntaria para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales en común mediante una empresa de propiedad conjunta y de gestión democrática”. 


Las cooperativas poseen entonces una doble dimensión: asociación y empresa, lo que les concede la ventaja del doble anclaje local, el asociativo y el empresarial, ambas anclas centradas en las personas. Esa doble condición explica porque es un error denominarlas solo como “empresas” o solo como “asociaciones” - tal como sucede con la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas venezolana. El término apropiado es llanamente: cooperativa.

La incomprensión de la dimensión empresarial es en altísimo porcentaje la causa del fracaso de numerosas cooperativas – el cementerio cooperativo en nuestro país se debe en parte a esa incomprensión. Claro a ella se suma la intromisión gubernamental y el uso utilitario de ellas por demagógicos militantes sin bases que quieren ganar charreteras. La propiedad conjunta y de gestión democrática aplicada a la dimensión empresarial, permite inferir la condición de trabajo en equipo en todo lo que de ella y en ella pudiera establecerse como objetivos,  decisiones, gestión, actividades, y el uso y distribución de los excedentes.

Pero ellas poseen otros rasgos. Las genuinas cooperativas funcionan sobre valores, principios y doctrina como guías de acción. El valor de la igualdad predomina en la asociación - una persona un voto - y el de la equidad en la empresa al repartir excedentes proporcionales al trabajo o aportes – quien no trabaja no cobra. Con solo enfrentar con calidad los problemas para los que se constituyen, ya desarrollarían Responsabilidad Social, sin buscar lucro. Desarrollan la  intercooperación y la integración como procesos de trascendencia espacial  y socio-económica, como sucede en numerosos espacios donde son exitosas; poseen los fondos irrepartibles como fortaleza de futuras generaciones; y deben desarrollar la autogestión como eje permanente de acción.

Las cooperativas, desde la época de la revolución industrial, están participando en la tarea de transformar las relaciones socio-económicas de este mundo lleno de injusticias. Representan un camino hacia el crecimiento económico con justicia e igualdad de oportunidades.