Por el Profesor Carlos Molina Camacho (*)
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Tampoco imaginarían que 168 años después de aquel día, los países del mundo, a través del organismo que las integraría en un lejano futuro, las Naciones Unidas, declararían por acuerdo unánime que el año 2012, sería denominado el Año Internacional de las Cooperativas..
Y no es para menos, pues no hay un solo país de este planeta en donde no hayan florecido las cooperativas, siguiendo el ejemplo dado aquel 21 de diciembre de 1.844. En efecto, según estimaciones de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) (www.coop.org) alrededor de 900 millones de personas están afiliadas a los más diversos tipos de cooperativas.
La cooperativa es definida por la ACI de la siguiente manera: “Una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes, por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada”.
Se pueden organizar cooperativas para producir bienes o servicios, y en ese caso la empresa es propiedad exclusiva de sus trabajadores, quienes obtienen todos los beneficios económicos de la misma, liberándose asi del dominio patronal, pues son ellos sus propios empleadores, y la gestionan democráticamente.
También se constituyen entre consumidores y usuarios para adquirir los bienes y servicios que precisan a los mejores precios –no tienen fines de lucro- y a la mejor calidad. En esta categoría podemos mencionar las de consumo de alimentos y otros rubros, las de ahorro y préstamo, las de vivienda, las de usuarios de los servicios médicos, educativos, etc
Tal vez la mayor importancia de las cooperativas radica en los valores que deben ser practicados por sus asociados para que ellas alcancen el éxito: solidaridad, participación, honestidad, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad, etc Sin duda que propenden a la fragua de un nuevo tipo de ser humano, más cooperador y menos individualista.
Ante el estrepitoso fracaso del llamado socialismo real, en el cual se perseguía colocar toda la economía en manos del Estado e instaurar la dictadura del proletariado, que al final no fue otra cosa que la tiranía del Partido Comunista y en particular de su máximo jefe, se abren las puertas en este siglo XXI a un socialismo democrático, de autogestión, participativo, respetuoso de los derechos humanos.
Ban ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, decía hace poco lo siguiente:
“Las cooperativas le recuerdan a la comunidad mundial que es posible perseguir la viabilidad económica de las empresas y al mismo tiempo asumir una responsabilidad social”
¡Bienvenido el Año Internacional de las Cooperativas!
(*) Ex Superintendente Nacional de Cooperativas de Venezuela